DE UN DIARIO ÍNTIMO, POR LOUISE GLÜCK

por El Cocodrilo

Traducción: Martina Pawlak

Tuve un amor una vez,
tuve un amor dos veces, 
fácil, tres veces amé.
Y en el medio 
mi corazón se reconstruyó perfectamente 
como una lombriz.
Y mis sueños también se reconstruyeron.

Luego de un tiempo, me di cuenta de que estaba viviendo 
una vida completamente idiota.
–Idiota, desperdiciada–
y un poco después, vos y yo 
empezamos a correspondernos, inventando
una forma completamente nueva.

¡Intimidad profunda a larga distancia!
–Keats y Fanny Brawne, Dante y Beatriz–

No se puede inventar 
una forma nueva con 
un personaje viejo. Las cartas que mandé siguen 
inmaculadamente irónicas, secas
pero francas. Mientras, escribía 
otras cartas en mi cabeza,
algunas se convirtieron en poemas.

¡Tanto sentimiento genuino!  
¡Tantas declaraciones feroces
de anhelo apasionado!

Amé una vez, amé dos veces
y de pronto 
la forma colapsó: no fui
capaz de sostener la ignorancia.

Qué triste perderte, haber perdido
cualquier chance de conocerte de verdad
o recordarte con el tiempo
como a una persona real, como a alguien a quien pude haberme
apegado profundamente, quizás
el hermano que nunca tuve.

Y qué triste pensar
en morirme antes de comprender 
nada. Y darme cuenta 
de cuán ignorante somos la mayor parte del tiempo
viendo las cosas 
desde un solo punto, como un francotirador.

Y hubo tantas cosas 
sobre mí que nunca pude contarte,
cosas que te habrían sacudido.
Y la foto que nunca te mandé, tomada 
la noche en que lucía casi espléndida.  

Quería que te enamores. Pero la flecha 
seguía rebotando en el espejo.
Y las cartas seguían dividiéndose 
ninguna mitad del todo verdadera.

Y tristemente, nunca te diste cuenta 
de nada, aunque siempre me respondías 
de inmediato, siempre la misma carta esquiva.

Amé una vez, amé dos veces,
y aunque lo nuestro 
nunca despegó 
estuvo bueno haberlo intentado.
Y todavía conservo las cartas, claro.
A veces tomo las de ciertos años 
y las releo en el jardín 
con un vaso de té helado.

Y me siento, a veces, parte de algo 
enorme, tan dramático y profundo.

Amé una vez, amé dos veces,
fácil, tres veces amé.

***

Martina Pawlak (Buenos Aires, 2000). Es traductora y bailarina. Estudia Artes de la Escritura en la UNA; estudió traducción literaria en el Lenguas Vivas.

septiembre, 2025 | Revista El Cocodrilo

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