Bibi-la-Bibista
Novela
por las Hermanas X…
(1918)
Raymonde Linossier
Traducción: Manuel Díaz
Para Francis Poulenc
Aquel de ustedes que esté sin pecado,
que le arroje la primera piedra.
Juan – VIII, 7
Capítulo primero
Infancia
Su nacimiento fue similar al de otros niños.
Por eso la llamamos Bibi-la-Bibista.
(Así fue la infancia de Bibi-la-Bibista).
Capítulo segundo
Adolescencia
La sangre roja corría por sus arterias; la sangre negra corría por sus venas. (1)
(Tal fue la adolescencia de Bibi-la-Bibista).
(1) CF. CAUSTIER ; ANATOMIE ET
PHYSIOLOGIE ANIMALE ET VÉGÉTALE.
Capítulo tercero
Amor
A los dieciséis años, trabajaba en un taller.
—¡Ay! ¡Me pica la nariz!, exclamó.
—Es un viejo quien te ama, respondieron sus compañeras, interrumpiendo su canción.
Una emoción violenta la poseyó. El corazón se le dio vuelta en el pecho.
(Tales fueron los amores de Bibi-la-Bibista).
Capítulo cuarto
Decepción
Salió.
En la calle concurrida, los viejos pasaban, numerosos. Bibi-la-Bibista los examinaba con una mirada ansiosa. Pero ninguno respondió a su llamado. Uno solo le echó el ojo, ¡y era un joven!
Sin querer oponerse a los designios misteriosos de la Fatalidad (2), Bibi-la-Bibista siguió su camino.
(Y así fue la decepción de Bibi-la-Bibista).
(2) Deberíamos haber puesto “Providencia” si LA NOVELA HUBIERA ESTADO DESTINADA A “LA CROIX”.
Capítulo quinto
Telón
En una cama de hospital murió Bibi-la-Bibista. Como su patrona María, como Juana de Arco, era virgen. Pero su ficha llevaba la mención “Sifilítica”.
¡Oh poder mágico de una mirada amorosa!
(Y así es el último y más trágico capítulo de la novela de Bibi-la-Bibista).
***
Manuel Díaz (Rosario, 1993) es egresado de la Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional de Rosario, donde trabaja en la cátedra de Literatura Contemporánea. En su doctorado, investiga el humor en la obra de Samuel Beckett. Publicó libros de narrativa y un diario de viaje. Fue jurado de concursos literarios, organizador de eventos culturales y académicos. Integra la comisión editorial de la revista El Cocodrilo.
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septiembre, 2025 | Revista El Cocodrilo