De fiesta y desamparo
hay que buscar la belleza en las verdades parciales, decía tu viejo
encontrás el lugar que ganaste en la fiesta
los ojos de tus amigos te sonríen y el loop festivo suena en bucle
el eco de sus risas vibra y rebota en tu cabeza increscendo
ves tus pies anclados al suelo pero sentís que estás flotando en una nube de humo
tu amigo te toca el brazo, estás soñando, hermano, te dice
pensás que estrellaste un vaso de vermú con pomelo contra el piso
cuando tu cabeza pega un envión al aire
con los ojos entreabiertos y la visión borrosa
caes en la cuenta, te quedaste dormido
en el sillón
no es la primera vez que te pasa
hacés memoria
estimás que el dolor de cuello no va a durarte más de una hora
el dolor de cabeza, lamentablemente
te acompañará lo que resta del día
el ruido de una señal mal sintonizada
se ramifica
muchas vertientes sin cauce
te abruman
llegás al clímax y tu mente queda en blanco
ya no te puedo ver más así, dijo tu novia antes de dar un portazo
despatarrado en el sillón
buscás refugiarte bajo el calor de las mantas de lana que tejió la abuela
te sobresalta la melodía de un ringtone que se oye metálico
tu padre llama
desde el pueblo, el de los campos dorados
juntás los pies
ahora acurrucados en la esquina del sillón
rozan la gravedad del aire
sin dejarse caer
extendés los brazos para atender la llamada
el tono de su voz te sobresalta
sus palabras caen densas como gotas de plomo en el mar
laguna mental sin cardumen
los peces danzan en la orilla y no llegan a tragar su alimento
¿qué hice?, pensás
la nostalgia te inunda los ojos
recordás las caminatas de perorata en la llanura
las charlas animadas
junto al calor del fogón que improvisaba tu padre
encapsulado irradiaba
un abrazo
en la noche de campo desolada
desoladas ahora las memorias
lo que imaginaste posible en la ciudad
se desvanece en el aire
cuando escuchás soltar de un tirón
un latigazo como sentencia
volvé al campo, pibe
En el parque
mi cuerpo una estrella suspendida
en la suavidad de la manta que me separa del pasto
El sol acaricia mi cara cierro los ojos
pido un deseo
para saber si estás bien si el paraíso existe
pido una señal
El parque un colchón de flores, un jardín de orquídeas y jazmines
Pienso si quiero no, si debo, llevar una de cada una
a modo de ofrenda
dejarla al lado de tu nombre
todos los días
para recordarnos siempre.
Solo para decirte que
(insp. W. C. Williams)
no pegué un ojo
en toda la noche
si bien
la brisa del viento me acariciaba suavemente
y la penumbra calibrada por la persiana era de ensueño
aún así
mis pensamientos no terminaban de ordenarse
y mi cuerpo no encontraba su lugar en el colchón
cuando el celular marcó las tres
me quité las sábanas de un tirón
y descalza caminé hacia el living
te pido perdón
prendí el televisor
puse la serie que empezamos juntos
me vi el capítulo siguiente y el siguiente y el siguiente
así hasta terminarla
no voy a contarte lo que pasa
sólo decirte que la trama da un giro inesperado
y el final es alucinante.
Enero, diversión al lado
El ladrido de mi perra
responde
a un peligro
invisible
contra el alambrado
¡un límite!
la música del vecino al palo
inspira
recelo.
Las hojas
del sauce peinan
las nubes encienden
el atardecer naranja.
Un colibrí sobrevuela
al ras
del agua adornada con chiches.
La cigarra en el sacabichos
salta
hacia nuestro patio y proyecta
un grito.
Escritura 2.0
I
frente al monitor
sin ideas
cierro la ventana
la imagen de un tierno animal aparece
mi mirada se corre a la derecha
veo en el pasillo
una caja llena de mugre
y una etiqueta con nombre pretencioso
su aura cada vez
más densa
obstruye el paso cada vez
más pequeño
entre los pensamientos rebuscados
que no dicen nada
y el tacho de basura.
II
mi cabeza se prende fuego
el word se tilda y se niega
apoyo la taza sobre la mesa
las hebras flotan
en el cachito de agua que queda
al azar
aprieto teclas
el word se desbloquea
escenas fantásticas
suelto
mis dedos en el teclado
mi mirada frente a la computadora
funciona como un escáner
hasta que me veo consumida
en el punto
final.
***
Mariana Pilar Sosa (Rosario, 1997) es Licenciada en Comunicación Social por la UNR y docente de Diseño Gráfico (UNR). En 2024, participó del taller literario El rayo que no cesa coordinado por Matías Vázquez y Manuel Bozzo; y en abril de 2025, del taller de poesía La tradición y el talento individual de Felipe Hourcade y Matías Vázquez en el marco del Festival Sin Brújula. Actualmente, escribe en la revista Gente Insoportable de Ediciones del ‘00 y en el medio digital Indie Club.
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agosto, 2025 | Revista El Cocodrilo