Yung & Biutiful
Arregladas de más
siempre
por si acaso
no se sabe cuál puede pintar
y si pinta, pinta
mostrando nuestros ombligos perforados
o piernas
pero nunca las dos
con carteras pequeñas y pocas pertenencias
sin plata
lip combo, puchos baratos, el documento
we dont need money baby
lo hacemos funcionar
vos sabés
solo you&me
(y las luces)
llegamos temprano
no nos vamos más
nuestros cuerpos sudados
frutas de estación
no tenemos miedo a morir
ni a decirnos que nos amamos
(que es prácticamente lo mismo)
somos baddies
no nos vengan con cuentos
besos amargos y vodka
un hielito por la nuca
la una a la otra
así olvidamos todas nuestras necesidades
no hay mañana ni pasado ni el mes que viene
nos agarramos de barandas
aprendemos los teléfonos
lloramos al perder
vomitamos el amor
sosteniéndonos el pelo
no tocamos nada
hacemos pis paradas
la botas son nuestros pilares
encima de ellas
somos indestructibles
los muchachos
no nos dejan en paz
nosotras
rejuvenecemos al sentir su mirada
tenemos dieciocho años
y lo somos todo.
El escupitajo
A veces no puedo escribir poemas
entonces los escupo
se los escupo en la cara
al chico que en secreto amo
después
le doy la espalda
acorralada contra la pared
digo:
“hasta acá llegué”
tiene toda la cara salpicada
de mi baba poética
le he escupido antes
algunos adioses
pero nunca gasté tanta saliva como ahora
llevo semanas sin poder escribirlos
por eso salen así
disparados sin aviso
de mi boca recién besada
la próxima le haré una señal
o balbucearé en la oscuridad
un “ahí viene”
(como hace él)
estás asustado
me doy cuenta de algo
lo que cala muy dentro a los hombres
es lo imprevisto
me girás para tu lado
te das cuenta que tengo un hilito de baba colgando
pasás el dedo por mi pera
ahora que lo tenés mojado de mí
lo apoyás en tu frente
dibujás una cruz invisible
(necesita protegerse)
yo me cubro la cara
no quiero verte bautizado.
Un ventilador mini con forma de oso panda para el colectivo en verano
Con mi mamá
escondíamos lo que nos comprábamos a papá
le mentíamos siempre
si gastábamos 20 le decíamos que fueron 10 y así
ella me enseñó
a guardar en un bolsillito secreto de la billetera
un billete doblado en cuatro
para no verlo
olvidarse de que está ahí
y ahorrarlo
entonces cuando me gustara una cosita
alguna chuchería que se saliera de nuestro presupuesto
“una boludez” (decía él)
me la compraba
íbamos juntas al centro
se quejaba de mis piernas largas
que no la dejaban descansar
ella, bajita tetona y hermosa
me perseguía por la peatonal
se colgaba de mi brazo
y me escuchaba
a mí con mis mil misterios
era el único momento que teníamos lejos de mis hermanos
casi siempre terminaba llorando
por los pasillos del bazar chino
en la parte de librería
en ese entonces
la subestimaba
olvidando que supimos ser una
por eso me dolían sus verdades
ahora sé
que esos llantos me salvaron la vida
y las boludeces claro.
Los ex
Tengo que fingir que no existo
vos también
se acabaron los guiños
no hay más manzanas que compartir
yo no debo conocerte
vos no me conocés a mí
y por más ilógico que suene
porque fueron tantas las mañanas
e incontables los ascensores
debo aceptarlo
porque así son las cosas
porque vos así lo querés
y aunque me disguste lo haré
fingiré haber muerto
para vos
no apareceré más por la esquina
ni compraré en el quiosco de la 24
no daré más esa vuelta en contramano
simplemente no seré
y cuando el azaroso caudal de la vida nos reúna
cumpliré mi promesa
correré la mirada
con pena e incomodidad
pero segura
de que eso es lo que se debe hacer
vos en cambio
morirás a la fuerza
porque tu vida es muy fuerte
sobrevivís en cada sala de cine
en el vino tinto barato
en los poemas que te hice
y las plantas del balcón
pero eventualmente
morirás también para mí
eso es lo correcto
habremos muerto estando vivos
y empieza a tener más sentido
porque ambos hemos
atravesado el infierno.
***
Violeta Lorenzi (2004) vive en la ciudad de Córdoba. Estudia la Licenciatura en Letras Modernas de la Universidad Nacional de Córdoba (pública y gratuita, lo cual le posibilita hacerla). Forma parte del equipo de investigación “Casas Narrativas” en donde trabaja con literaturas del yo extremo-contemporáneas. Actualmente, además de la escritura académica, escribe poemas. Asiste al taller de escritura de Cecilia Pavón y ha publicado algunos poemas en su blog Microcentropoesía.
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agosto, 2025 | Revista El Cocodrilo