CUATRO POEMAS DE JESÚS ADEMAR

por El Cocodrilo

I

Hace tiempo busco el roce
y la forma de las palabras
que dibujan
esa parra con sus calles polvorientas
llenas de cardos violetas
y reflejan
la pielcita cristalina de tus brazos viejos.

Busco con la potencia
en que a veces bailo
y con la que casi nunca lloro,
porque quiero algo de todo esto
y porque sé que todos
podemos olvidarte.

Quiero tocar los mundos
que parieron a tu hijo,
las tardes en que la ternura
vivió bajo el puente,
los días en que las manchas negras de mi galga
eran mías
y también tuyas.

A lo mejor es esto lo que estoy buscando:
este poema,
que retoza ante mis ojos,
este poema
que es reflejo de memoria
y también
un hilo de flores nuevas
entre tu pelo blanco.

II

Desde chico
tengo este oficio en la vista
para encontrar nidos.
Puedo ver
cucusitas, benteveos y negruchos,
puedo ver
si el nido está ocupado,
si hay huevos o no.
Arranco por las ramas gruesas
luego por las bifurcaciones
hasta llegar a las horquetas
y ahí los encuentro.

Este oficio me persigue
pero ya no los busco
para taparlos con el caño del rifle,
ni por ese violento deporte,
sino para comprobar
que esos pequeños corazones
siguen ahí,
a pesar de mí,
a pesar de todo.


III

Ni esta taza de café me calienta la boca.
De las estrellas federales ahora
nacen carbones.
¿Y si después de este invierno
ya no vuelven
las estelas tibias
que atravesaban el balcón?

IV

Cuando se publiquen
me gustaría dejarlos
en una esquina
que alguien se los lleve
y los use para prender el fuego,
anote algún número
en medio de la desesperación
o se los dé a su hijo
para dibujar.

Olvidarme de ellos
que se vayan
como vinieron:
siendo un rezo salvaje
ante la urgencia del mundo.

. . .

Jesús Ademar nació en Maciel, provincia de Santa Fe, en 1992. Actualmente vive en Rosario, donde estudia Antropología en la UNR. 

enero 2022 | Revista El Cocodrilo

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