1. trenes argentinos
el señor de camisa blanca
se detiene en el pasillo
mira a los ojos de una señora
y anuncia en voz alta
que estamos demorados,
pronto el juez dará el aviso
para que el tren arranque
hay un cuerpo atascado en las vías
no hay certezas, ni hora exacta,
dice y mira de reojo
a un bebé que balbucea.
el señor tiene pelo largo
hasta los hombros
mientras habla lo acomoda
detrás de la oreja
lleva bordado
en el pecho izquierdo
trenes argentinos, en cursiva
y esas palabras se ven tan lindas,
como el sueño por la autonomía
de un país,
ese fantasma,
quiénes fuimos esos jóvenes
detrás de qué idea corríamos
dónde está mi corazón.
me duele el centro
de este domingo pausado
vi el río en la siesta
partirse
con el reflejo
y un perro me miró
las pupilas
ahora tengo que traducir un sentimiento
y el lenguaje es injusto.
la diferencia entre nostalgia
y melancolía
es que la nostalgia es breve, da aire
la melancolía es oscura, pesada
hay que saber
ponerle un límite
le dije a un amigo
mientras se alejaba
de nosotros la fiesta
pero aquí estoy, aquí estás
soldadita confusa
de la fantasía
ni se te ocurra traicionarla.
una hora o dos, dice un jubilado
y toma asiento
una hora o dos va a demorar
en avanzar
el tren, señor?
mi corazón?
dónde estamos?
hoy por la mañana
podía vivir con mi mente
aunque estaba cansada
el whisky de anoche todavía
me da órdenes pero
mayo es un mes feliz
de a ratos entiendo
el propósito
ese del que muchos hablan
mayo es un mes feliz
aunque los meses
siempre indican que el tiempo
avanza
y el tren señor?
dígame algo
no puedo ver la luz en este pueblo
no puedo ver las calles de tierra
desde la ventanilla
el horizonte marca el límite
si hay montañas sabés
donde termina algo,
una época y su sentido.
nací en un lugar donde el calor te asfixia
aunque la yunga esté ahí nomás, pegada.
todo ese verde
precioso y mezquino
quiero escribir un libro de nuestro amor
porque, en realidad,
quiero escribir libros.
quiero salir a fumar al lado de las vías
aunque hace un mes dejé
pero no importa quien soy
en un lugar con el tiempo detenido
quiero disfrutar de ser
el cuerpo invisible
que escribe un poema
respondiendo a la fuerza dorada
que me hace sentir
débil y poderosa
vulnerable como un pichón
siempre estoy siendo así
siempre estoy probando
si es real
la ternura en mi corazón
siempre estoy buscando la luz
que me dé el impulso
y sabés,
creo que la sentí cuando ese perro
me miró a los ojos.
creo que por un segundo
él supo
quién era yo.
2.
apenas subí, tuve el impulso de llamar a mi madre
sonó el silbato
supe que este tren
avanzaría hacia adelante,
empujaría el horizonte.
eso es lo que me gusta de los trenes.
su ritmo pesado y lineal,
la manera de hacer presión sobre el aire.
estoy obsesionada con lo que no se detiene.
con lo que se pierde
en el mundo
y se deja nombrar.
estoy obsesionada con las palabras.
es que ellas
no se detienen en mí.
los poetas están incompletos
son cuerpos condenados a la búsqueda
de ese parrafito que les haga
bombear de nuevo la sangre.
hace unos años dije que escribía
porque la realidad no me alcanzaba.
que la literatura habilitaba
otros mundos.
y yo,
amo tanto este mundo,
por eso,
necesito traicionarlo.
esa es mi libertad,
ese mi problema.
3. en memoria del sol (sueño con trenes y estás a mi lado)
despierto lentamente
mis ojos pesados no aguantan la luz
temo se conviertan en alas secas
de mariposa escondida.
después de la lucha,
aquí me encuentro;
el alba temprana besa mi rostro
el perfume del acolchado es más fuerte
que todos mis años.
en esta mañana de infancia
borrando ciudades
puedo ver los huesos de sus manos
dormidas junto a mí
sosteniendo un libro.
allí dentro, entre las páginas está
todo lo que alguna vez importó
una carta de 1986 con un mensaje:
“estoy bien, mamá”.
fotos en blanco y negro
de una familia. cuatro niños se asoman,
saludan. no saben qué es la vida,
jamás lo sabrán.
en unas horas tocaré su hombro
con dedos de niña
le pediré que despierte y haré preguntas
sobre su padre, su marido
sobre la guerra
y guardaré en mis ojos de luna
su color almendra,
dejaré que tiña
mi mundo.
4. dioses caídos de los pedestales
se puede decir amor mío y no esperar nada
al día siguiente.
las tías hablan de parir gemelos: seguro a vos te toca.
todavía sueño con Santiago del Estero
la ternura de la siesta quebrada en ramas
frágiles que nunca se mojan.
y las lluvias tardías ahuyentan
pajaritos que intentan
ver la vida desnuda.
pero ésta tiene todo preparado
para quienes deciden quemarse
los labios en los besos.
hombres lanzados al olvido
pretenden ver el futuro.
esperan ansiosos en las ventanas
ver al canillita llegar cansado
tocar el timbre, golpear las manos
tirar el diario del lunes.
se puede dormir en el vagón de un tren
y no saber nada de comunismo
ni de hijas paridas alguna vez
sobre cartones percudidos.
diario, diario.
recuerdos tiernos como tesoros
en las manos de los niños.
tienen flequillos que les llegan a los ojos.
enormes lunas.
¿quieren libertad?
construyan los trenes
***
Belén Nahuz nació en Tucumán. Actualmente reside en CABA. En 2019 publicó Travesía (Gerania Editora) y Todos los instantes (Antologia de mujeres del NOA). En 2020 fue seleccionada para la residencia del Festival Internacional de Poesía de Rosario. En 2021 empezó su trabajo como editora de poesía en Gerania Editora.
En la edición 2021-2022 de La Bienal, fue seleccionada en la convocatoria Poesía.
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junio 2023 | Revista El Cocodrilo