TOKEN, DE SUSANA MARTIN, POR TOMÁS SUFOTINSKY

por El Cocodrilo

Token
Susana Martin
el brote
2023 |

Token es el segundo libro de Susana Martin. El primero de ellos, Invitadas (Patas de Cabra, 2019), lejos de contradecir su título, está pleno de personajes, femeninos ante todo: es una invitación a la comunión de voces en un libro. Desde entonces –2019– al día de hoy, fue necesario poner una pausa a la tertulia, a la invitación y a la confluencia de voces de otras personas; el mundo se había vuelto un lugar –un poco más– hostil y hubo que quedarse un tiempo en casa. Así, a la serie de poemas que componen Token no les queda mal el adjetivo de “intimistas”. Pero ellos se repliegan en una intimidad que no consiste en una primera persona que meramente objetiviza su subjetividad, no es “confesional”. En Token se trata, antes bien, de construir en el libro un espacio propio, una casa propia, donde las experiencias percibidas del mundo que rodea se aplaquen en el interior y se plasmen, despojadas de todo elemento que no sea esencial a la impresión causada, en el poema que se da en retribución. Los poemas son, las más de las veces, breves, rescoldos de vivencias que se avivan en la lectura. No se trata tampoco de adivinarlas, descifrar a qué se refiere, cuál es la situación, qué está sucediendo: el poema es lo que permanece luego de deslavar la experiencia vivida. 

En Token, el mundo se abre a la luz del sol. La luz permite componerlo en las particularidades y matices de cada una de sus horas. En el libro se da un gesto hacia la percepción de ese mundo de luz que Susana Martin busca devolver por medio de la escritura. El poema se propone ser una revelación que se realiza en un cuarto oscuro, un trabajo específico que devuelve una seña, un símbolo, una clave, un token, en fin, de esa percepción que Susana precisa nombrar.

El libro se deja definir con sus propias palabras, busca ser “el espacio sutil”, una y otra vez buscado para atestiguar, en la repetición, el paso del tiempo, el cambio mínimo que conduce, por medio del fuego, las naranjas hacia sus cenizas.

Sensación térmica

Sopa de zapallo para conjurar el temor a perder en el otoño,
cualquier objeto: las llaves, el guante azul,
otra vez las llaves,
la heliofanía.

Repetición y diferencia

Tres veces el mismo día el mismo recorrido
para controlar
si terminaron de arder las tres naranjas 
sobre el pasto.

Instalación

Podrían ser restos de un hechizo agrio
macumba entre alambrados
tres naranjas incendiadas
tres esferas de cenizas
a las que vuelvo.

Pereza

Como en una mudanza nada permanece quieto:
hojas, trocitos de papel y pelusas danzan gestos
vitales de equinoccio. 
Hace rato he abandonado
la costumbre de barrer el balcón.

Cuarto oscuro

Escribir es como revelar un negativo.
Aparecen detalles, conexiones.
Todo parece ser visto por primera vez.

abril 2023 | Revista El Cocodrilo

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